4.8.07

acordeonista de calle

Mientras salía ayer de la librería donde todos los días, mudando el look, rincón y horario, leo a escondidas mi porción diaria de Harry Potter & the Deathly Hallows, por primera vez reparé en el acordeonista que desde que llegué aquí, he visto tocando en la misma esquina.
Aquel viejito, sus lentes oscuros y sombrero a lo Gardel están siempre ahí. Levantando la mirada de vez en cuando a los peatones que pasan distraídos a su lado, siempre con las manos ocupadas: celular en la oreja, bolsas de compras, niños llorando por el helado que no se les compró.

Al acordeonista todos ellos le son indiferentes, y toca por igual tangos, polkas o solo notas al azar. Su música parece no estar dirigida a estas personas, sino a la calle en sí. A esta Rua de las Flores y su alma barullenta, hecha de gritos de voceadores, campanas, y fuentes, de la que su mismo acordeón también forma parte.

De esto está consciente el músico, así que siempre está tocando. Que nadie más lo sepa, a él no le importa y continúa tocando por igual.
Lo que noto al alejarme, y probablemente él desconozca, es que es el ritmo de su acordeón lo que marca el paso de los 500 pedestres en esa y las calles cercanas.

Um comentário:

Anônimo disse...

Jejeje que tal esta el libro hasta ahora, pollo? ... no spoilers :S
Hey, luego me dices como a que hrs vas a conectarte? Creo que no platicamos lo suficiente ayer :P jejeje se te extraña pollito! *huggle*