Me ha gustado esto de vivir sola. De tomar mis decisiones, de asumir la responsabilidad. Creo que he sabido hacerle frente de manera satisfactoria. Después de todo, es algo que ya tenía tiempo necesitando probar, aunque la verdad no sé si en ese momento estaba preparada para hacerlo. A fin de cuentas, es como quitarte una curita, nomás lo haces.
Mi punto es que pese a extrañar la familia, los amigos, el idioma, la forma de vida mexicana, caray! He sabido llevarla, y he disfrutado haciéndolo. Me siento fuerte y tranquila. Tanto que podría pensar que estoy viviendo en una ciudad que no conozco, a 100 km de Hermosillo, en realidad no me ha caído el veinte de que estoy del otro lado del planeta.
Es más, todavía no he podido comprobar lo de que el agua del sanitario gira para el otro lado, así que estaba empezando a pensar que no estaba tan lejos de casa.
Hasta hoy.
Después de haberme paseado todo el día, regresé a mi plaza de siempre, donde malamente ya habían cerrado las fondas donde suelo comer. En cambio me encontré con el primer cachorro quente (es un hot dog, pero hot puppy? No mam….) y acordándome del cachán no dudé en pedir uno.
Primera mordida: puro pan, para no perder la costumbre. Segunda mordida: Salchicha, mayonesa, maíz y chícharos?!??! Aquí les ponen granos de maiz y chícharos!! Así, recién salidos de la lata herdez, granos de maíz y chícharos!!
Cachàn, espero nunca pierdas tu sentido de la integridad y tu consciencia de lo que es bueno y es malo.